Y es que, este tipo de prácticas, aseguran los expertos del artículo publicado en la British Medical Journal, promueven tanta satisfacción por la ingesta de drogas que en algunos casos, se manifiestan situaciones de dependencia que por lo general no son fáciles de solucionar o controlar. Además de los llamados días perdidos, que se refieren a la cantidad de tiempo que pasan los participantes sin dormir y sin comer.
De esta manera, muchas organizaciones y colectivos de la comunidad LGTBI, se abren al apoyo psicológico y en algunos casos médico, para tratar las consecuencias que afectan a muchos de los participantes habituales del Chemsex que no suelen tener un control eficiente sobre qué consumen, cómo lo consumen y con quién lo consumen.