En verano, para combatir el calor, si nos permiten llevar manga corta, lo más adecuado sería recurrir a un polo liso. Así que para los que les suponga demasiado esfuerzo, hay que perderle el miedo. No es tan complicado, sólo hay que acostumbrarse y en cuanto se encuentra el punto de equilibrio entre formalidad e informalidad resulta verdaderamente reconfortante poder vestir así un día a la semana.
Eso sí, nada de relajarse demasiado y vestirse como si ya hubiera comenzado el fin de semana.