El entrenamiento especializa tus células para que absorban la “gasolina express” o piruvato y no se eleve en sangre provocando fatiga y debilidad muscular. La vía que utiliza tu organismo para generar energía de forma rápida y sin ayuda del oxígeno se denomina anaeróbica.
Si trabajas los cambios de ritmo en tus entrenamientos provocarás un aumento de tu resistencia aeróbica, demorando la acumulación en sangre de ácido láctico y por tanto, tu fatiga muscular.
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¿Cómo trabajo los cambios de ritmo?
Jugando. Juega con tu intensidad, la distancia, el tiempo y el terreno. Hay diversos tipos de entrenamientos con cambios de ritmo y si quieres sacar el mayor partido a tu rendimiento, no te adaptes. Cambia alguna variable cada dos semanas. Ya sea el ritmo, el tiempo, el terreno o la distancia.
¿Qué tipos de cambios de ritmo tienen mayor resultado?
Si eres principiante, haz caso a tus sensaciones y apuesta por el “fartlek”. Es un juego de velocidad donde aumentas la intensidad cuando te encuentras bien y bajas el ritmo cuando aparece el cansancio.