Llevar una vida sana y seguir una dieta equilibrada es imprescindible para frenar la caída del cabello. En el caso de la alopecia hereditaria existen dos fármacos de probada eficacia: el Minoxidil –una solución de uso tópico- y el Finasteride –fármaco por vía oral-. Con ellos podemos recuperar parte del cabello perdido en los últimos años.
El Minoxidil suele comercializarse en concentraciones del 2 al 5% y responde a partir del tercer o cuarto mes de uso. Por su parte, el Finasteride es el primer fármaco que ha demostrado clínicamente detener la caída del cabello y promover el crecimiento en zonas donde existiera pelusa o “vello de durazno”.
Estos dos tratamientos son aconsejables siempre que la alopecia no se encuentre en fases muy avanzadas o para tipos de alopecia causadas por el estrés. Si el paciente presenta alopecia en cuya etapa ya está desarrollada, la única solución eficaz son los microinjertos capilares.