Existen distintos métodos de aplicación pero, actualmente, el más utilizado y el que proporciona un acabado óptimo es la micropulverización. Se realiza en centros especializados y la técnica es sencilla.
En primer lugar es necesario una exfoliación de la zona a tratar (cuerpo y/o rostro) para eliminar las células muertas y conseguir una piel tersa que facilite un bronceado uniforme.
Tras este paso previo, el especialista realizará la micropulverización con el compuesto de DHA idóneo según las características de tu piel y tu propio tono natural (es importante, porque cada fórmula contendrá mayor o menor cantidad de DHA y producirá un moreno más o menos intenso).
La aplicación dura escasos minutos (5 – 6 toda la superficie corporal) y el secado es prácticamente inmediato. Si el proceso de micropulverización se ha realizado correctamente, el resultado será un moreno uniforme, de una única tonalidad y sin manchas.
Hay que insistir en que no se trata de un tinte, por lo que la reacción se producirá de forma progresiva. El moreno empezará a hacerse visible pasadas al menos 1 – 2 horas y alcanzará su punto máximo transcurridas unas 24 – 48 horas (cada dermis tiene su propio tiempo de reacción).