Dinámicamente, es un coche noble y se nota el toque BMW, que le dota de un comportamiento más firme. Va exactamente por donde le dices que vaya, pero no es un coche deportivo, al menos no con la suspensión de serie a pesar que en esta versión “Sport” es más dura que la mayoría de los monovolúmenes del mercado. Sin ser muy dura, filtra bien las irregularidades del terreno y limita bastante los movimientos de la carrocería. Con motores de esta potencia el coche va bien, pero con motores más potentes necesitaría suspensiones más duras y neumáticos acordes con las prestaciones del Active Tourer.
Los Bridgestone Turanza que montaba la unidad de pruebas en medida 205/55R16 le penalizaban en exceso, con un “flaneo” muy acusado en cuanto exigías un poco de agarre extra. Lo mejor del apartado dinámico han sido los frenos, potentes y bien dosificables a pesar de que el pedal de freno tenía demasiado recorrido.