En este sentido, BMW ha demostrado su capacidad para ampliar el radio de visión hasta los 600 metros gracias a la incorporación de los revolucionarios faros láser.
Y la calificación de revolucionarios no le queda pequeña a los faros láser, puesto que no sólo aumentan considerablemente la capacidad de visión, sino también reducen el consumo hasta un 30% respecto a los LED y ocupan menos espacio físico dentro de la amplia sinfonía de componentes del i8.
Cuando de propulsión se trata, la eficiencia en la motorización está garantizada por un motor a gasolina de 231 caballos de fuerza combinado con un propulsor eléctrico de 131 C.V.
¿Los beneficios de esta magistral combinación?. Nada menos que un consumo de sólo 2,1 litros de combustible cada 100 kilómetros y una aceleración fugaz de 4,4 segundos en el margen de 0 a 100 kilómetros.
El mercado automovilístico español ya goza del privilegio de contar con el i8 en sus concesionarios, una obra de arte de la mecánica e ingeniería que sólo podrán degustar aquellos que paguen esos 129.900 euros necesarios para sacarlo de su casa.