Aunque los preservativos existían ya en sus formas más rudimentarias hace más de 400 años, lo cierto es que el invento no ha sufrido grandes cambios en su diseño en el último medio siglo.
Este puede ser uno de los motivos por los que actualmente menos de uno de cada siete hombres en el mundo utilice el preservativo, a lo que hay que añadir, según apunta un reciente estudio de la revista Sexual Health, que en muchos casos se hace un uso incorrecto de la popular goma.
Según la fundación del matrimonio Gates, esta falta de mejoras e innovaciones en el diseño del preservativo desincentiva su uso, especialmente entre aquellos que lo rechazan porque consideran que resta sensaciones y estímulos a la actividad sexual.
Por lo tanto, el gran objetivo es dar con un condón que mejore o como mínimo no reste placer a las relaciones sexuales, sin que esto haga disminuir su eficiencia a la hora de evitar embarazos no deseados o la transmisión de enfermedades.