Aunque el hígado acumula más metales pesados que el músculo (las toxinas tienen más afinidad por la grasa), los niveles son bajos y seguros (estudio, estudio, estudio, estudio), aunque es recomendable priorizar producción ecológica. Y no es necesario comer hígado más de una o dos veces por semana, así que hazlo tranquilo.
Si todavía no te atreves con el hígado puedes empezar con caldo de huesos y gelatina.
4. AGUACATE
Al igual que el huevo, el aguacate ha sido injustamente restringido en multitud de dietas convencionales, ¡toda esa peligrosa grasa!
Hoy están demostrados sus muchos beneficios, mediados en parte por su alto contenido en ácido oleico (estudio, estudio, estudio, estudio, estudio) y sus múltiples antioxidantes (revisión).
Además, es rico en vitaminas K, C, E, B5, B6 y folato. Tiene más potasio que el plátano, siendo el potasio un mineral muchas veces deficiente en la dieta, y fundamental para mantener el equilibrio sodio-potasio, reduciendo la presión arterial y el riesgo de enfermedad coronaria (estudio, estudio).