En cuanto a los refrescos, tan propios de la temporada estival, hay que diferenciar entre los que son carbonatados (con gas) o no. No te excedas en el consumo de bebidas con gas porque contribuyen a incrementar la sensación de pesadez e hinchazón. Un refresco de vez en cuando, vale, pero este tipo de bebidas no debería ser tu fuente principal de hidratación.
Los refrescos aportan agua (por supuesto) pero también pueden «esconder» azúcares y grasas aportándote calorías extra de las que podrías prescindir sin problemas. Aquí tienes algunos ejemplos sobre su composición para que sepas lo que estás tomando cuando eliges tu refresco:
Un vaso de Coca-cola light o zero (100 ml.) te supondrá 0,2 Kcal. La misma cantidad de Nestea equivale a 32 Kcal. (con 7,7 gramos de hidratos de carbono). El Powerade, una de las bebidas más asociadas a la práctica deportiva, aporta 31 Kcal. y en su composición se incluyen: sodio, potasio y magnesio, minerales que ayudan a la recuperación tras el ejercicio (también lo tienes «light» con menos cantidad de azúcares). Por su parte, el Aquarius, también muy popular, implica la ingesta de 26 Kcal (100 ml) con una aportación de 6,3 gramos de carbohidratos