Hay deportistas que se sienten pesados si meten líquidos antes del ejercicio, mientras que otros no notan el cambio. Ve aumentando la ingesta de agua de forma progresiva para que tu organismo se vaya adaptando al cambio.
Las investigaciones desvelan que deberíamos beber unos 150 ml de agua cada 20 minutos para reponer lo perdido con el sudor y que el rendimiento no se vea afectado. Esto supone un vaso de agua cada 40 minutos.
La teoría nos dice que por cada kilogramo que pierdas durante la actividad deberás beber dos o tres vasos de algún líquido. Pesarte antes y después de hacer deporte puede resultar una buena manera de observar cuánta agua has eliminado para volver a hidratarte después.
Si prefieres vigila el color y la cantidad de tu orina. Si ésta es oscura o escasa seguramente necesites hidratarte aún más; si por el contrario tu orina es clara y vas al baño cada 2 ó 4 horas tu hidratación es la adecuada.