El cuerpo absorbe la energía a través de las calorías de los alimentos que consumimos, bien sea que estas vengan de proteína, carbohidratos o grasas, de origen animal o vegetal. Y una caloría, como sabemos, es la cantidad de energía necesaria para elevar la temperatura de un litro de agua en un grado celsius.
Lo que nos dice el balance de energía se puede englobar en tres términos:
- Si consumes más calorías de las que tu cuerpo quema, acabarás ganando peso. Esto se conoce como balance de energía positivo.
- Si quemas más calorías de las que consumes, acabarás perdiendo peso. Esto se conoce como balance de energía negativo.
- Si quemas aproximadamente la misma cantidad de calorías que consumes, mantendrás tu peso. Esto se denomina balance de energía neutro.
La mayoría de nosotros ya sabemos esto. Debemos, por tanto, preocuparnos por usar correctamente el balance de energía, y para esto es necesario liberarnos de algunos mitos que rodean a este concepto.