Seguro que tienes claro que la energía que necesitas para practicar tu deporte favorito procede de aquello que ingieres cada día, pero lo que tal vez desconozcas es que cada alimento proporciona una cantidad concreta de esa energía que tu organismo demanda y, lo que es más importante, lo hace de una manera determinada: rápida o lentamente.
[pullquote]Los hidratos de carbono complejos, los de lenta absorción, son la clave para aumentar tu resistencia[/pullquote]Tu dieta debe adecuarse a la actividad física que desarrollas para ayudarte a conseguir un rendimiento óptimo según tus objetivos. A nivel nutricional y energético, las necesidades de un corredor de fondo no son las mismas que las de un velocista.
Lo mismo ocurre en el gimnasio. Si tu entreno se basa en la resistencia, realizando series extensas con alto número de repeticiones de cada ejercicio, tu organismo necesita disponer constantemente de la suficiente energía que evite el cansancio y la fatiga de manera prematura. La actividad que realizas se prolonga en el tiempo (no se trata de un máximo esfuerzo puntual) por lo que tus depósitos de glucógeno deben estar bien provistos.