En octubre de 2016, en el contexto de la promoción para el Salón Erótico de Barcelona Apricots, Miller fue el epicentro de una polémica al escoger, desde el bastión de la pornografía y de los oficios de sexualidad empoderada, un ángulo que critica con saña varios aspectos contradictorios de la sociedad, especialmente la española. A su vez, la actriz ha sido enfática en señalar su postura en función de la propia industria. Asimismo, en cuanto tradicionalmente se promueve que ver pornografía es un acto de aberración, tampoco se ofrece una educación sexual que cubra las verdaderas necesidades de los más jóvenes. El velo de la ignorancia y de los tabúes está siendo removido por personeros ajenos a la vida pública y política tradicional. Lo que espanta a muchos es que sea una mujer y que sea actriz porno.
Tal vez haya que mirar estas nuevas formas del porno y comprender que no todo en él tiene que ser reprochable por inmoral y sucio, pues también hay un contenido robusto que puede aportar algo más que una mera imagen vacía y casual del sexo y la sexualidad.