También es recomendable que el plan de entrenamiento no sea muy estricto, sino algo flexible, ya que puede ocurrir que la máquina que deseas utilizar no esté disponible en ese momento o que haya ciertos días que te apetezca más hacer cierto tipo de ejercicio más que otro. Así, si un día quieres hacer 30 minutos más de bici en vez de otra máquina, puedes adaptar tu plan personal y ajustarlo para el próximo día. Lo importante es buscar un equilibrio que termine cumpliendo tus metas.
Si realizas una actividad de la misma manera y durante un tiempo prolongado, se convierte en una rutina; ya sea en nutrición, deporte o en cualquier otra cosa. Así como para ciertas cosas (como en el amor) puede convertirse en algo negativo, cuando hablamos del gimnasio es algo muy positivo.
Puedes empezar poco a poco e ir aumentado en cantidad e intensidad, según como te vayas encontrando y los objetivos que quieras fijarte. Cuando tu cuerpo se acostumbre no podrás pasar un día sin entrenar, el cuerpo solo te lo pedirá y te apetecerá cada vez más acudir al gimnasio. De la misma manera este hábito aumentará tu salud y sobre todo tu felicidad, está demostrado que hacer deporte incrementa la serotonina de las personas y por consiguiente su felicidad.