Hasta aquí todo va bien, pero si esta energía se agota, tu metabolismo recurrirán a la propia proteína cuyo destino debería ser formar o reparar tus fibras musculares ¡ahí está el peligro! y para evitarlo tu alimentación es fundamental.
El equilibrio entre carbohidratos, grasas y proteínas ha de ser el correcto para que tu metabolismo disponga de la energía suficiente cuando está en fase catabólica y de la proteína necesaria para cumplir su función regeneradora de tejidos (anabolismo), por ejemplo tras un entreno intenso. ¡Tenlo en cuenta!