Ser un buen amante no es tarea fácil ya que casi siempre pensamos más en lo que deberíamos hacer y casi nunca en cómo deberíamos ser.
[pullquote]El buen amante de verdad ama con todo su cuerpo, con todo su corazón y con toda el alma, y sabe valorar la relación en toda su amplitud[/pullquote]Para ser un buen amante no es imprescindible ser guapo, deportista, seductor, cariñoso, amigo de los animales, apasionado, seguro, sexy… (aunque si lo somos mejor); lo que nos hace falta es ser ese alguien seguro de sí mismo, pero con una mente muy abierta a escuchar y comprender, con un corazón muy grande para sentir y vivir y con una masculinidad que ofrezca presencia por encima de todo, además de pasión y seguridad.
Un buen amante no es aquel que tiene un pene de más de 15 cm, capaz de aguantar mucho rato antes de correrse y que además le dedica un tiempo a los preliminares. El que es bueno de verdad ama con todo su cuerpo, con todo su corazón y con toda el alma, sabe valorar la relación en toda su amplitud y por lo tanto no pone expectativas, está seguro de sí mismo, si quiere, puede prescindir de la penetración.