El queso fresco con miel o con mermelada de frutas es otra alternativa saludable que podemos poner en la mesa de Navidad para endulzarnos el paladar. Ni que decir tiene que el queso fresco es una buena alternativa, bajo en calorías y con un aporte graso saludable. Sobre todo si nos decantamos por una variedad de cabra, ya que contiene CLA, un nutriente que nos ayudará a la hora de gestionar mejor las grasas del organismo y su aprovechamiento a la hora de obtener energía. La mermelada y la miel son una fuente de energía saludable, pues se trata de azúcares saludables.
Frutos secos, dátiles o pasas, un clásico de la Navidad
Por supuesto no podían faltar los frutos secos, dátiles, pasas… Se trata de alimentos con un alto valor calórico, pero de buena calidad. Si sopesamos las calorías que nos aportan y los nutrientes, los segundos ganan la batalla. No hay que olvidar que los frutos secos nos aportan ácidos grasos esenciales y beneficiosos para la salud. En el caso de los dátiles o las pasas, el aporte vitamínico y mineral es muy alto. Eso sí, no debemos abusar de ninguno de ellos, pues su contenido en azúcares es elevado.