Incluir en tu dieta alimentos que ayuden a tu organismo a deshacerse de aquellas sustancias que ya no le sirven y que incluso pueden perjudicarle, es una opción saludable que no debes descartar.
Comidas copiosas, una noche de copas, excesos varios, hábitos nocivos como el tabaco, mucha sal y/o grasas saturadas, fármacos o incluso la propia contaminación ambiental… No todo lo que llega a nuestro cuerpo puede presumir de llevar la etiqueta de «sano».
Nuestro organismo, a través de sus procesos vitales, (digestión y respiración fundamentalmente) se encarga de obtener el oxígeno y los distintos nutrientes que necesita para su correcto funcionamiento y, al mismo tiempo, separa y elimina las sustancias de desecho.
Un exceso de toxinas puede hacer que nuestra «maquinaria» tenga que realizar un sobreesfuerzo para eliminarlas. Ante esta situación, pueden surgir problemas como las digestiones pesadas, la retención de líquidos, la aparición de cúmulos grasos, que, incluso, pueden derivar en enfermedades relacionadas con hígado, riñones o vesícula, los «filtros» principales de nuestro cuerpo.