La visita al supermercado ha quedado como algo anecdótico, simplemente para comprar las cosas de la casa y la leche, la cual sigo consumiendo. Al principio seguía comprando frutas y verduras en el súper, pero en este último año me he pasado a la compra en el mercado y, por mi propia experiencia, no hay punto de comparación entre el sabor y la calidad de frutas y verduras en un lado y en el otro.
Esto, obviamente, no es aplicable en todos los casos, pero aun en el caso de que sigáis una dieta omnívora, os recomiendo buscar una buena frutería donde aprovisionarnos de vegetales. Además, comprando en el pequeño comercio beneficiaremos a estas pequeñas empresas y al consumo de proximidad.
A la hora de comer fuera de casa, antes me preocupaba bastante más si en un restaurante iban a tener alguna opción vegetariana para mí (a poder ser, que no se la eterna «ensalada sin nada»). Pero en estos últimos meses sí he notado que la oferta vegetariana, e incluso la vegana, ha tendido a crecer en la mayoría de establecimientos orientados al público general.