Tú y sólo tú, has enseñado y entrenado a tu cuerpo a ser como es. Y ésto es algo fabuloso. Ser el causante de algo te otorga la capacidad de invertir las consecuencias.
Si quieres cambiar debes entrenarte para dejar de ser el de siempre. Tus acciones deben ser coherentes con tus intenciones y tus experiencias deberán ser nuevas y diferentes para conseguir resultados distintos.
¿Te atreves a ser original?
Sé lo bastante impulsivo como para atreverte a hacer algo nuevo, lo bastante racional e inteligente como para aprender la forma más eficiente de llevarlo a cabo y lo bastante absurdo y monótono para repetirlo una y otra vez.
¿Cuándo queremos cambiar?
La mayoría de nosotros deseamos algo nuevo cuando las cosas se ponen feas. “He dejado de gustarme” o “he dejado de gustarle a mi chica” son los principales estimulantes que nos empujan a cambiar nuestro cuerpo.