Los tiburones, vistos en general como animales despiadados y sin escrúpulos, simplemente por su boca poco amigable, son uno de los depredadores de las redes tróficas marinas.
[pullquote]Cada año se pescan unos 100 millones de tiburones solo por sus aletas[/pullquote]Esto significa que devoran pero no son devorados. De todas formas, como vamos a ver, hay una especie que está —o cree estar—, por encima de ellos en dicha cadena: el ser humano.
Los expertos estiman que cada año se pescan unos 100 millones de tiburones en todo el mundo por sus aletas, altamente valoradas en los mercados de Hong Kong y China por su uso en la famosa sopa de aleta de tiburón y para curas tradicionales.
En los últimos años, debido al valor económico que dichas aletas tienen, ha ido creciendo una práctica insostenible y macabra llamada aleteo de tiburones (en inglés, finning shark).
En concreto, consiste en cortar y guardar las aleteas del animal y echar el resto del cuerpo por la borda. El animal, aún en vida, se hunde lentamente hasta el fondo del mar, dónde servirá de comida para otros organismos.