Por otro lado, una investigación realizada por científicos de Estocolmo, indica que los niveles de leptina (hormona que produce saciedad) sólo se reducen ante el alcohol cuando este es consumido de noche, ya que su ingesta por la mañana no ocasionó tal efecto sobre la hormona que reduce el hambre.
Estos estudios indican que el uso de alcohol como aperitivo tiene una razón: estimula el apetito. Pero también debemos ver su lado oscuro, ya que el mayor hambre y apetito asociado al consumo de alcohol puede ser una razón más por la que su ingesta promueve el aumento de peso.
Por todo esto su consumo diario, aunque sea en cantidades pequeñas, no es tan aconsejable como pensamos. ¿Será momento de considerar el alcohol como un factor causante más en el desarrollo de obesidad?
Fuente: Vitonica