«Es una realidad que el alcohol está en nuestras vidas y en la de los jóvenes. Lo utilizan, al igual que otras sustancias, para perder la vergüenza y conseguir ‘superpoderes’«, ratifica Franco. «Por eso hay que informarles para que sepan sus consecuencias —accidentes de tráfico, relaciones sexuales no consentidas, dependencia, etcétera— y fomentar otras maneras de relacionarse y de reforzar su personalidad para saber decir ‘no’ sin sentirse los raros del grupo».
Ni es extremista ni radical: basta con beber poco
Lo bueno de este Mindful Drinking Movement es que no es extremista ni radical. Ni Laura ni Jussi lo pensaron para quienes solo quieren apostar por convertirse en abstemios totales. Aquí hay cabida para los que quieren aprender a beber con moderación, o practicar, voluntariamente, periodos puntuales de abstinencia, como el famoso ‘Dry January’ (enero seco), un ayuno total de alcohol durante el primer mes del año con el que resarcirse de los excesos realizados en las fiestas navideñas.