Es un diario de economía doméstica, equivalente a los diarios de calorías en los que uno anota lo que come y lo que quema. La clave de este sistema está en que ponemos las cuentas por escrito, en vez de llevarlas en la cabeza. Como describe Luis Pita, «aporta visibilidad, en el sentido de que permite que puedas darte cuenta de que estás gastando demasiado en determinadas cosas y puedas tomar medidas». No se trata de quitarse esas cosas, simplemente de reducir el exceso.
La disciplina es la clave
Fumiko Chiba es autor de uno de estos cuadernos de ahorro y explica así su funcionamiento: «En Japón, un típico propietario de kakeibo se sentaría el día de cobro con su diario y planificaría cuidadosamente cuánto dinero entrará y en qué lo gastará. Con los ingresos del mes reunidos físicamente frente a él, luego dividiría el dinero en categorías: alquiler, facturas, alimentos, ocio, viajes, ahorros, y asignaría un monto para cada partida».