Aquí van algunos consejos prácticos para conseguirlo, además que aplicándolos vas a ahorrar algo más que energía: ¡también dinero!
Para aprovechar al máximo la energía, apaga las luces de las habitaciones en las que no haya nadie, desconecta de la corriente los aparatos que estén sin uso, usa los recipientes del tamaño del quemador en la cocina e instala el calentador del agua caliente tan cerca de la cocina y el baño como sea posible, así evitarás pérdidas de calor en el transporte del agua.
Además, puedes instalar bombillas de bajo consumo, las cuales gastan 5 veces menos y duran 10 veces más. Por poner un ejemplo, con una bombilla de bajo consumo de 20 W haces lo mismo que con una de incandescente de 60W. Eso sí, aprovecha al máximo la luz natural del sol.
Como ya dijimos anteriormente, mantener una temperatura adecuada de la calefacción es vital. Por cada grado de más, consumes un 7% más de energía. Durante el día, la temperatura óptima oscila entre los 19-20ºC y por la noche se puede bajar a los 16-17ºC.