Pequeños cortes, sarpullido, pelos encarnados, descamación cutánea… el afeitado supone a veces toda una agresión a la piel del rostro que puede provocar alguna de estas anomalías, muy comunes, pero evitables en su mayoría con las precauciones y cuidados necesarios.
Que ese gesto cotidiano del afeitado no suponga un problema depende, en gran medida, de conocer las características y necesidades de tu propia piel. En un rostro bien hidratado, exfoliado con regularidad y en el que uses productos específicos (por ejemplo la nueva maquinilla de Gillette, Copperface), eliminar el vello facial siempre será más sencillo y efectivo que en una piel mal cuidada.
Por otra lado, la cantidad de pelo que da forma a tu barba, su dureza (¡ojo! ¡no es algo secundario!), longitud y grosor también son determinantes a la hora de realizar un correcto afeitado.
VIDEO: GILLETTE LANZA COPPERFACE
Como normas más habituales para prevenir los problemas derivados del rasurado facial, ten en cuenta lo siguiente: