El enemigo de estas situaciones, como ya subrayé, es la duda que puede surgir sobre el enamoramiento y sobre como expresarla si es que aparece. Pero a pesar de ello, hemos de seguir dándole valor a lo experimentado y aprender a conocernos para no dudar en algo que hemos elegido empezar y que si cambia de perspectiva o sale mal no deja de ser una situación enriquecedora para los participantes.
Cada momento vivido con un amigo es algo memorable y no por incluir sexo en esos momentos ha de ser valorado desde otra perspectiva. Cuando se establecen normas implícitas en un juego o en una charla, la confianza y el cachondeo nos dan permiso para romperlas sin maldad a veces.
Cuando se atribuyen a un nuevo registro sexual, también actuaremos de igual manera: solo tenemos que acordarnos que es nuestro amigo y confidente el que nos juzga por romperlas y mantener esa cualidad para entenderlo, asumirlo y dejarlo pasar.