Las razones que llevan a las mujeres a recurrir al sexo de pago son muy similares a las de los hombres, tal y como explican testimonios como el de Ryan James.
Pese a que los colectivos contra la criminalización de la prostitución cuentan con cierta relevancia mediática en todo el mundo, tratando de visibilizar a los trabajadores del sexo que ejercen la profesión libremente, la prostitución masculina sigue siendo un tema oculto.
Un informe realizado en 2015, llamado ‘Radiografía de la prostitución en España‘, reflejó un estudio en el que los clientes explicaban por qué acudían a la prostitución femenina. Explorar su sexualidad o disfrutar del sexo con gente diferente fueron algunas de las razones más repetidas, pero ¿por qué se recurre a la prostitución masculina?
Constituye un colectivo mucho más invisibilizado, probablemente porque la huella de la explotación sexual no es tan agresiva como en la prostitución femenina, donde se suele poner el foco. La ONU calcula que unas 140.000 mujeres son secuestradas por redes de explotación sexual cada año en Europa y los datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad muestran que solo en España la trata de personas mueve 3.000 millones de euros al año.