Lo ideal es probar un máximo de tres aromas por «sesión» y siempre dedicando unos segundos a respirar (no oler) entre uno y otro. Haz una primera selección vertiendo unas gotas (o vaporizando si es posible) del perfume sobre una pequeña cartulina. Deja evaporar y huele. Espera unos minutos y vuelve a oler. Una vez escogidos tus favoritos, el segundo paso consiste en aplicar la colonia en tu piel. Dos buenos puntos son las muñecas o el pliegue del codo.
Mantén la muestra en tu cuerpo unas cuantas horas para observar cómo evoluciona el perfume. Solo llegados a este punto, estarás seguro de que ése es el aroma que te gusta y con el que quieres que te identifiquen.