A la hora de elegir un aceite esencial tienes que tener en cuenta tres factores:
- Tu tipo de piel: grasa, seca, sensible, madura…
- El efecto psíquico que quieras lograr : relajante o tonificante
- El problema (si lo hay) que quieras corregir: arrugas, flacidez, acné, deshidratación…
Como norma general, cualquier aceite esencial ayuda a hidratar y nutrir la piel contribuyendo además a la regeneración de las células pero cada una de estas poderosas esencias reúne características y propiedades específicas. Entre las más utilizadas en estética se encuentran:
Lavanda
Si no estás muy puesto en este tema pero te apetece descubrir cómo actúa un aceite esencial, probar con el de lavanda es un buen comienzo. Es uno de los aceites más suaves, apto para mezclar con otros aceites, y de gran poder regenerador y revitalizante. Perfecto para pieles secas y en las que ya se aprecie alguna que otra arruga, porque hidrata en profundidad y ayuda a reafirmar tejidos. Si quieres un baño relajante, unas gotas en la bañera son una excelente idea.
Manzanilla
Si tienes la piel sensible, éste es tu aceite. La manzanilla posee propiedades analgésicas y antiinflamatorias y su aceite suaviza la piel mejorando pequeñas lesiones (irritación, acné…) Añadir unas gotas en un champú neutro contribuye a aclarar el color del pelo.
Árbol del té
Su aceite esencial es un magnífico antibacteriano natural que puede ayudar en caso de acné, hongos en los pies, eczema, pequeñas heridas cutáneas… y si te pica cualquier «bicho»… ¡mano de santo!.
Rosa
Este aceite esencial es especialmente recomendable en caso de pieles grasas por su capacidad para limpiar en profundidad desintoxicando y regenerando la dermis.
Nerolí
Perfecto para pieles deshidratadas que presentan rugosidad y aspereza. Suaviza y regenera en profundidad y, a nivel psíquico, tonifica el sistema nervioso ayudando a paliar situaciones de ansiedad o depresión.
Jara
Si lo que te preocupan son las arrugas, el aceite esencial de jara es uno de los más potentes a la hora de conseguir regenerar la piel alisándola y combatiendo la flacidez.
Romero y ciprés
Son dos aceites que comparten una valiosa característica: la capacidad para reactivar la circulación de la zona donde se apliquen. Resultan especialmente útiles en masajes cuyo objetivo es acabar con la retención de líquidos y con la celulitis.
Ylang ylang
Uno de los más apreciados en los últimos tiempo porque actúa regenerando la piel seca y envejecida pero manteniendo los niveles de grasa bajo control.