Una variante de este balón suizo es el ‘bosu‘, una famosa media esfera blanda sobre una superficie plana más dura, de forma que se puede usar por ambos lados para hacer ejercicios de propiocepción, equilibrio y estabilidad. Eso sí, en este caso sí habrá que rascarse el bolsillo algo más, pues estamos ante un equipamiento un poco más caro.
Pasamos a la comba, una actividad que tomábamos como un juego en edades tempranas pero que en realidad representa un ejercicio completísimo: activa prácticamente todo nuestro cuerpo, es un ejercicio aeróbico, ayuda a mejorar el equilibrio, la coordinación y la reactividad de los tobillos —algo muy interesante, especialmente en corredores—. El salto a la comba requiere de una mínima destreza, pero una vez se adquiere la mecánica es muy fácil engancharse y aprender nuevos movimientos y ritmos.
‘Foam roller’ para la recuperación muscular
Ya hemos hablado de la importancia de una correcta recuperación muscular tras sesiones intensas, pues nuestros músculos necesitan adaptarse a los nuevos estímulos y es una parte fundamental del entrenamiento invisible. Una de las técnicas de recuperación que podemos aplicar en casa es la autoliberación miofascial y el método más conocido es el ‘foam roller’ o rodillo de espuma.
El ‘foam rolling‘ se basa en masajear los distintos músculos del cuerpo rodando sobre el propio rodillo, ayudándonos del peso de nuestro cuerpo para aliviar las zonas cargadas, facilitando el flujo de sangre y oxígeno y dando como resultado una aceleración de la recuperación muscular.