Dependientes guapérrimos y modelos sin camiseta en las puertas de sus tiendas. Esa es la imagen que todos tenemos de Abercrombie & Fitch. La marca siempre ha presumido de ser «excluyente», y famosas son las declaraciones de su CEO, Mike Jeffries, en las que decía que la ropa de Abercrombie era solo para gente «atractiva y cool«.
Pues bien, parece que la estrategia de la compañía está cambiando. Después de varios meses consecutivos de caídas en sus ventas, y de que sus acciones hayan perdido un 30% de valor este año, la agencia Reuters asegura que Abercrombie comercializará tallas grandes a partir de la próxima temporada.
El tallaje actual de A&F llega hasta la 10, lo que equivale a una 40. Según dijo el propio Jeffries en 2006, porque la compañía no quería a gente gorda llevando su marca (declaraciones por las que ha pedido perdón recientemente).
Las redes sociales han situado a Abercrombie en el ojo del huracán, y la polémica por su política de empresa les ha hecho mucho daño. Una de las más famosas protestas fue la del cineasta Greg Karber, que donó a vagabundos toda clase de prendas A&F.