Bronceado de solárium

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Con la llegada del buen tiempo, lucir un buen bronceado pasa a ser la meta perseguida por  todos. Llega el momento de tomar el sol y obtener ese tono moreno que tanto favorece a nuestra piel. Pero la falta de tiempo muchas veces hace que llegue agosto y sigas más blanco que la leche, así que acabas yendo al solárium.

El ‘boom’ del bronceado artificial vino advertido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2009, año en el que catalogó los solárium como cancerígenos. Sin embargo, tal y como recomienda la Agencia para la Protección contra Radiaciones alemana (BfS), con las debidas precauciones se puede disfrutar de un uso moderado de las cabinas, y ello tiene incluso efectos beneficiosos.

A parte de mejorar el aspecto y el humor, los rayos ultravioleta estimulan la producción de vitamina D y provocan un aumento de concentración de los anticuerpos presentes en la sangre, aumentando así la capacidad del sistema inmunitario de responder a las infecciones.

El bronceado artificial tiene además la ventaja de que la cantidad de rayos UV reflejados sobre la piel está altamente controlada y la piel no se quema. Los solárium aceleran el proceso de bronceado, acortando el tiempo de exposición al sol.

Pero si queremos disfrutar de estos beneficios, debemos tener en cuenta una serie de indicaciones con el fin de evitar riesgos innecesarios. Llevar siempre gafas de protección en el interior de la cabina, no usar perfumes o desodorantes antes de acudir al solárium, proteger el cabello y no aplicarse ningún tipo de cosmético (filtro solar incluido), ya que aumentan la sensibilidad a las radiaciones.

Además de estas protecciones previas, se recomienda no superar los ocho minutos en la primera sesión y nunca los 20 y no sobrepasar las 50 visitas al año. Nunca exponerse al sol y a la cabina el mismo día y guardar al menos un día de reposo entre las sesiones. Antes de hacer uso del solárium, es recomendable consultar al dermatólogo para que determine el tipo de piel del usuario.

Las radiaciones ultravioleta pueden ser muy peligrosas para las personas de piel muy blanca, las más propensas a padecer cáncer de piel. Las exposiciones intensas y repetidas aumentan el riesgo de desarrollarlo y también pueden provocar un envejecimiento prematuro de la piel. Reducen los niveles de colágeno y si no están adecuadamente protegidos, pueden provocar daños en los ojos.

Tomar consciencia de los peligros de los rayos ultravioleta es esencial para poder lucir un buen bronceado. Dosificando el número de sesiones y el tiempo de exposición y asumiendo una serie de recomendaciones previas, podrás disfrutar de sus beneficios.

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