La creatina (del griego kreas = carne), es un aminoácido naturalmente presente en nuestro organismo (en un sujeto masculino de 70 kg, la cantidad de creatina corporal es de 120 gramos aproximadamente). La creatina interviene, desde el punto de vista metabólico, para satisfacer las demandas de energía del mecanismo anaeróbico aláctico.
El mecanismo anaeróbico aláctico es aquel mecanismo energético que se activa tan pronto empieza un intenso desgaste muscular. Este proceso implica una reacción química única y permite tener una disponibilidad inmediata de energía.
El oxígeno no se utiliza en este mecanismo energético que, por esta razón se define como anaeróbico, mientras que el término aláctico subraya que durante la reacción no se produce ácido láctico. Este sistema tiene una muy corta latencia, una potencia elevada, pero una capacidad reducida.
Las reservas de fosfocreatina, de hecho, se agotan rápidamente (alrededor de 4-5 segundos, aunque la cantidad de fosfato de creatina presente en los músculos es variable y aumenta con el ejercicio). Durante la actividad muscular intensa y de corta duración, la disminución de la fuerza desarrollada está directamente relacionada con el agotamiento de las reservas de fosfocreatina muscular.