Hoy en día, aprender un nuevo idioma es cada vez más importante. De hecho, la demanda de cursos de lengua extranjera ha crecido, sobre todo por parte de adultos de más de 30 años, y eso se debe no solo a la necesidad de mejorar el propio currículum sino también a los beneficios que el aprendizaje de otro idioma aporta a nuestro cerebro.
Cuando una persona aprende un segundo idioma, especialmente en edad adulta, se enfrenta a diferentes retos que le llevan a adquirir mayor plasticidad cerebral. Se trata de una vera y propia gimnasia para el cerebro que ayuda a mejorar la concentración y a retrasar tanto el envejecimiento como el desarrollo de enfermedades como el Alzhéimer.
Aprender un idioma equivale a mejorar nuestras funciones cognitivas, nuestra atención y percepción del mundo, nuestro lenguaje, nuestra memoria e inteligencia. Por eso, estudiar otro idioma no sólo tiene beneficios desde el punto de vista profesional, sino nos ayuda a cuidar nuestra salud.