Revolución NOLDEMANN: la camisa elástica que no se plancha

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nodelmann

Mi padre trabajó en una sucursal bancaria (no voy a decir cuál) toda su vida adulta.

Entró como aprendiz a la edad de 20 años y se jubiló en la misma oficina muchos, muchísimos años más tarde. Le recuerdo en la mesa del desayuno vestido con su traje azul marino y repeinado como solo antes se sabían repeinar. Y la camisa blanca de rigor, con sus cuellos almidonados que mi madre preparaba cada noche. Nunca oí a mi padre quejarse del traje, de tener que trabajar embutido en una camisa rígida, pero mi padre, por suerte o por desgracia, era de otra época. Hoy en día buscamos comodidad en todo lo que hacemos, desde el asiento ergonómico del coche hasta el ratón del ordenador o las sneakers con cámara de aire y elaboradas con fibras sintéticas de última generación.

¿Y por qué no buscar la comodidad?

El ser humano rinde más y es más feliz cuando su cuerpo está a gusto.

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