Es posible que el momento más hablado, documentado y seguido de la historia sea al mismo tiempo el peor que nos ha tocado vivir. Un periodo de casi seis años en los que nuestros abuelos demostraron lo mejor y lo peor en lo que puede convertirse el ser humano.
[pullquote]Con la neutralidad del país, ambos bandos se abastecieron de relojes de las mismas marcas suizas[/pullquote]Como todo lo célebre y admirado es coleccionable. Uniformes, libros, armas, mapas… Y, cómo no, ¡relojes! Los relojes, como toda la tecnología, sufrió grandes avances técnicos (ya se sabe, solo estrujamos la cabeza cuando nos hace falta).
Esto provocó una gran variedad de unidades, utilidades y la confirmación del reloj de pulsera como el referente respecto al de bolsillo (a excepción del Omega utilizado por el Mariscal Erwin Rommel del Afrika Korps).
Se puede decir que prácticamente la totalidad de los relojes que se fabricaron durante la Segunda Guerra Mundial eran suizos. Y con la neutralidad de este país, ambos bandos se abastecieron de relojes de las mismas marcas.