El Berlín comunista, la capital alemana tras la II Guerra Mundial

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Cuando el 24 de abril de 1945 las tropas soviéticas sitiaron la capital alemana, ya destruida por los bombardeos, y consiguieron finalmente el 2 de mayo la capitulación del Tercer Reich, poco se imaginaba el mundo entero que la cosa no había terminado y que Berlín iba a seguir siendo un punto crucial en la historia durante los siguientes 45 años.

[pullquote]En Alexanderplatz se encuentra uno de los elementos más emblemáticos de Berlín: la Torre de la Televisión, o ‘Fernsehturm’[/pullquote]Ya en las Conferencias de Yalta y Potsdam los aliados decidieron la división de Alemania en tres partes, que posteriormente se amplió a cuatro con la entrada de Francia. La capital teutona quedó así dividida también, primero en estas cuatro partes y después en dos frentes más claros: el bloque comunista versus el bloque capitalista.

berlin_skylineEsta división fue escalando hasta la construcción del muro, la noche del 12 al 13 de agosto de 1961 que dejaba aislado el Berlín Occidental. Familias y amigos quedaron separados hasta el 9 de noviembre cuando finalmente el muro fue derribado por los propios berlineses. Se cerraba así una de las etapas más duras de la historia alemana y mundial.

El Berlín del Este, la zona ocupada por los soviéticos, empezó su reconstrucción poco a poco. Su arquitectura es famosa por sus similitudes con la moscovita, altos edificios sin demasiados adornos: funcionalidad por delante de estética.

La zona donde esto más se puede ver es la avenida Karl-Marx-Allee, un boulevard muy ancho y monumental con enormes edificios dorados de la que se dice que si se sigue en línea recta se llega hasta la capital rusa.

En ella hay dos de los edificios de ocio favoritos de los berlineses de la época y que hoy en día aún se pueden visitar: el Kino International, que sigue siendo un cine donde se proyectan películas alemanas y por la noche una discoteca, y el Cafe Moskau, actualmente un restaurante muy cool que tiene en su sótano la discoteca Avenue. Esta avenida, que va desde Alexanderplatz hasta Frankfurter Tor, aún mantiene el esplendor de aquella época.

En Alexanderplatz se encuentra uno de los elementos más emblemáticos, ya no sólo de la RDA, sino también de Berlín a nivel internacional: la Torre de la Televisión, o Fernsehturm en alemán. Esta torre iluminada ya forma parte del skyline berlinés. También se ha hecho famoso su Reloj Mundial por aparecer en varias películas además de ser un punto de encuentro de los lugareños.

Pero no todo se encuentra en medio del bullicio de la capital alemana. Hay otros elementos que en su día fueron importantes en las vidas de los berlineses del Este pero que actualmente han perdido todo su esplendor hasta ser abandonados. Por toda la historia que los rodea han pasado a ser otro tipo de puntos de interés turístico, sobre todo para aquellos que quieran huir de las masas.

Un ejemplo muy claro es el Spreepark que a pesar de que sobrevivió los años 90, fue abandonado en el año 2001. Ubicado en el parque Plänterwald, actualmente está prohibida su entrada si no es con alguna de las visitas que se organizan desde su página web. Pero son muchos los valientes que saltan la valla y exploran este parque de atracciones que aún conserva su noria, el tren y otras atracciones desgastadas por el paso del tiempo.

En la cercanía del Spreepark se encuentra uno de los muchos memoriales soviéticos presentes en Berlín. Es un enorme conjunto monumental con 16 sarcófagos a ambos lados, en representación de las 16 repúblicas soviéticas, y que se construyó con el mármol de la antigua Cancillería de Hitler.

[pullquote]La llamada East Side Gallery, con sus 1.300 metros de largo, es la mayor galería de arte al aire libre del mundo[/pullquote]Sin embargo, la parte más conocida, visitada, tocada y fotografiada de Berlín es su muro. Aunque prácticamente ya no haya quedado nada en pie, se puede seguir todo su recorrido por las líneas de adoquines que permiten al viajero saber en todo momento en que parte se encuentra.

De todo el que rodeaba el Berlín Oeste han quedado dos tramos largos, además de todos los pequeños que están esparcidos por toda la ciudad. El más conocido es la llamada East Side Gallery, la mayor galería de arte al aire libre del mundo. En los 1.300 metros de largo que tiene esta parte del muro, se pintaron varios murales en favor de la paz, de la diversidad y en contra de la guerra en 1990. Hace unos años, unos 30 metros del muro se movieron dejando así un espacio al lado del río para disfrute de los berlineses.

Para ver el muro tal y como era antes, lo mejor es ir a la parte norte, concretamente a la calle Bernauerstrasse, donde se conserva una parte tal cual era, con sus correspondientes torres de vigilancia. Esta calle, además, por ser la zona en la que había menor distancia entre el este y el oeste, fue donde se produjeron más fugas de los habitantes del bloque comunista hacia el capitalista. En el suelo se encuentran varias placas circulares de bronce en honor a aquellos que consiguieron hacer un túnel y pasar al otro lado.

Para terminar, no hay que perderse una visita al DDR Museum, que muestra como era la vida cotidiana durante los tiempos de la RDA, y que tiene además un restaurante con platos típicos de la Alemania oriental. Otro museo muy recomendable es el de la Stasi, ubicado en las antiguas oficinas del cuartel general de la policía secreta y desde donde se organizaba toda su red de informadores. Un poco más sobrecogedora es la visita a la antigua cárcel de la Stasi, sobre todo porque sus guías son antiguos prisioneros que realizan un recorrido por todas las celdas y salas de interrogatorios, contando su propia experiencia.

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