Los fiordos noruegos

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Como si estuviésemos dentro de un cuadro o como participantes de un cuento de hadas, o mejor dicho, de vikingos, la grandiosa lindeza de los fiordos de Noruega y su muestrario de colores naturales, ha encandilado a la prestigiosa revista de viajes National Geographic Traveler Magazine, quien ha premiado en 2009 a los fiordos noruegos como el Patrimonio de la Humanidad mejor conservado.

[pullquote]El viaje implica un antes y un después en nuestro concepto de belleza natural[/pullquote]Pero este reconocimiento es el mismo que se genera en el foro interno de cada uno de los visitantes de este paraíso en el norte de Europa; un paisaje de belleza sin límites, forjado por frondosos valles, montañas cubiertas de nieve, pequeños pueblos con casas de colores,  y muelles que se desplazan sobre aguas azules.

Superados y absorbidos por tanta magia a nuestro alrededor, podemos considerar a Bergen, una de las ciudades más pintorescas del país, además de ser la puerta de entrada a los fiordos.

Lo más recomendable para que el gozo sea completo es abordar en Bergen uno de los numerosos cruceros que parten desde su puerto, sobre todo en verano. El recorrido de estas embarcaciones conectan los principales puertos, ciudades y pueblos del litoral noruego.

El recorrido y el itinerario de estos cruceros es muy flexible, por lo que tendremos la opción de pernoctar en alguno de sus camarotes, o bien pasar la noche en algún pueblo donde se detenga, para luego zarpar con otra embarcación.

Uno de estos viajes puede ser el de la ruta Hurtigruten, con una tradición de navegación que se remonta a 1893, y bautizada como “el viaje más hermoso del mundo”. Este paseo para soñar despierto une las ciudades de Bergen con Kirkenes, y hace 34 escalas en los puertos más destacados.

Prestos a introducirnos de lleno en una vorágine de encanto y armonía natural, el fiordo de Lysefjorden, uno de los más estrechos del país nos ofrece “El púlpito”, una formación montañosa con un balcón panorámico sin igual a 600 metros de altura.

Uno de los rasgos más impactantes de los fiordos noruegos, es que cuentan con algunos de los saltos de agua surgidos de escondidos canales intra-montañosos, más altos del mundo. Uno de los más bellos es la catarata de Vöering, un salto tan ruidoso como impactante de 180 metros de altura situado en el fiordo de Eidfjorden.

La identidad más típica de los fiordos, sus gentes y su cultura, aparece muy bien representada en Lærdal, con distintivas y autóctonas casas de madera reflejadas en las calmas aguas del río que las flanquea.

El fiordo de Sognefjorden  esconde uno de los parajes más bellos de toda Escandinavia, y se enorgullece de ser el más largo y profundo del mundo, con 204 km de extensión.

Es conocido como “fiordo de los sueños” y culmina en el famoso glaciar Jostedalsbreen, con nada menos que 487 m2, y sobre el que se puede caminar. Los accesos pueden ser a través de barco exprés, pero es recomendable informarse en la Oficina de Turismo de Bergen.

Nuestro recorrido de ensueño no debe pasar por alto Geirangerfjorden, conocido como “La perla de los fiordos”, porque lo que tiene de pequeño, lo tiene de bonito.

En los límites de este fiordo se emplaza el hermoso pueblo de Geiranger. El fiordo de su mismo nombre posee la pared llamada Troll, conocida por ser la más alta de Europa. En las laderas montañosas que lo acompañan se asientan las típicas granjas noruegas que nos recordarán a la mítica Heidi. Al final de su recorrido, el fiordo de Geiranger da lugar a las cascadas de las Siete Hermanas, con impresionantes vistas de sus atributos terrenales.

¿Estás dispuesto a recorrer los fiordos noruegos y hacer que tu concepto de belleza natural tenga un antes y un después?

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