Aunque el proceso es muy lento, poco a poco la sociedad está comenzando a adquirir cierta conciencia ambiental. Hábitos impensables hace unos años como el reciclaje o el respeto a la naturaleza hoy en día están más extendidos entre nosotros.
Queda mucho camino, pero afortunadamente cada vez surgen más iniciativas sostenibles que ayudan a concienciarnos. El sector de la moda no se ha quedado atrás y la ropa ecológica poco a poco está ganando terreno.
La moda ecológica consiste en la elaboración de prendas con fibras totalmente naturales y sin componentes químicos. Estas fibras se cultivan sin pesticidas ni fertilizantes y en el proceso de confección no se utilizan elementos sintéticos.
Fibras orgánicas como el algodón o el lino son las más habituales, pero también se recurre a otras menos comunes como el bambú, las algas, la soja o el cáñamo. Este origen natural hace que, además, este tipo de ropa resulte más conveniente para la piel, sobre todo para aquellos que sufran alergias. Es por esto que el mayor éxito de estas prendas se da en la ropa de bebé, síntoma de su calidad.