Si bien todo lo que se vaya a comunicar tiene que tener un por qué o un para qué, en ocasiones, aunque se tenga, puede perder valor por el simple hecho de dudar de ello. Por esta razón, siempre es necesario saber de lo que se habla y estar seguro de ello, lo cual es doblemente beneficioso porque se evita que después pueda generar resultados contraproducentes.
- Estudiar las reacciones
Hay cosas que molestan particularmente a una persona específica. Por ese motivo, es importante estudiar todas las reacciones que ha tenido la pareja en ocasiones anteriores y saber sobre qué asuntos en particular puede irritarse, y cuáles pueden ser más llevaderos. Cada persona tiene una relación individual con el lenguaje, y aprender a detectarla puede hacer que surjan menos peleas.
Por Edith Gómez
Editora – gananci.com