Un buen masaje facilita las cosas: cuando ellas tienen los pies calientes las posibilidades de alcanzar el orgasmo aumentan, según un estudio
Rosenblat ofrece una técnica que promete ser particularmente efectiva. Lo acertado no es ir directamente al centro de este órgano, sino pensar en el clítoris como si fuera un reloj y emplear la lengua en la zona que delimitarían las manecillas si estas estuvieran marcando las diez y diez. En vez de realizarse la maniobra con ella tumbada, la experta aconseja que la mujer se coloque a horcajadas, con la cabeza de su amante atenazada entre sus piernas.
3. La importancia de los pies
Los hombres que tienen una pareja estable conocen a la perfección lo incómodas que se sienten las mujeres si notan que sus pies están fríos. Muchas confiesan que el hecho de que estas extremidades estén a una óptima temperatura les hace sentirse más confortables que mantener un encuentro con las luces apagadas.