La flor
Permaneces tumbada de espaldas con las piernas casi dobladas hasta los pechos, él debe arrodillarse sobre ella y penetrar, lo que hará que sienta una estimulación más profunda, la base del pene puede frotar el clítoris y estimular el punto G. Además, con la pelvis y piernas serás capaz de controlar la presión y el ritmo.
Cowgirl de espaldas
Esta variante del cowgirl común es tal vez más placentera que sólo mirar frente a frente a nuestra pareja mientras meneamos la cadera. Todo está bajo nuestro control, puedes frotar tu clítoris con su cuerpo hasta llegar al orgasmo femenino y de espaldas las sensaciones son más intensas, estimulando mucho más el punto G.
Fuente: Cultura Colectiva