En los centros deportivos se liga, sí. Pero si quieres hacerlo debes huir de la ropa con publicidad, de las manchas de sudor y de gritar como un cavernícola cuando haces press de banca para pecho.
Cualquier lugar es bueno para ligar, flirtear, tontear o, si prefieres que suene más romántico, para encontrar el amor de tu vida. Pero ¿alguna vez has pensado que el gimnasio es también un socorrido escenario para seducir y ser seducido? Un estudio del portal para encontrar pareja Meetic concluyó que el 40% de los solteros y solteras de nuestro país utiliza su centro de entrenamiento para pillar.
Será por el microclima que se crea entre máquina y máquina, la mezcla de sudor y respiraciones profundas, la poca ropa que se suele llevar o la forma sexy de beber agua, pero estos espacios son una apuesta casi segura para hacerse con un número de teléfono. Los datos lo demuestran: el 25% de las personas que van al gimnasio han mantenido relaciones sexuales con alguno de sus compañeros al menos una vez al año, según un reciente estudio de una empresa británica de productos eróticos. Sin embargo, no todo sirve. Hay ciertas situaciones que, más que atraer, ahuyentarán a todo ligue potencial presente en las instalaciones.