El mantra es «Hay que diferenciarse». Lo lleva repitiendo Rodrigo Silva, fundador de Geeksphone, Blackphone y, ahora, Geeksme desde hace tiempo. Por eso, por buscar nuevos nichos en los que se pueda innovar, ha abandonado el sector de la telefonía móvil y, junto a Ángel Sánchez (también ex de Blackphone), ha abrazado el emergente mercado de la tecnología vestible.
A priori, tampoco parece que hayan elegido un producto excesivamente novedoso: las pulseras de actividad. Fitbit, Mifit, LG, Samsung, Sony… Muchas marcas grandes y pequeñas de electrónica de consumo han puesto su foco en ellas y han lanzado modelos para todos los gustos. ¿Para todos? No. Puestos a diferenciarse, Geeksme ha lanzado tras 12 meses de trabajo de ingeniería y diseño su GME1, un reloj que mide, como otros muchos, los pasos recorridos, las calorías consumidas, la calidad del sueño, pero, ojo, también la actividad sexual: ¿cuántas veces? ¿grasa quemada? ¿satisfacción?…