Lo que hacemos define lo que somos, y hasta cierto punto, si cambiamos nuestra manera de vivir el día a día también nos estamos cambiando a nosotros mismos. Nuestros hábitos tienen poder transformador, y esto también puede ser aplicable a la inteligencia emocional.
De hecho, la idea en sí de lo que es la inteligencia emocional deja entrever que esta puede ser entrenada a través de rutinas. Si la inteligencia emocional es, en definitiva, nuestra capacidad para gestionar las emociones de manera exitosa, y hacemos que el modo en el que aparecen estas emociones varíen, también estaremos transformando en otra cosa el reto que supone enfrentarse a ellas.
A continuación presentamos 11 hábitos que caracterizan a las personas con una alta inteligencia. Tener en cuenta este listado de características puede ser de ayuda para saber en qué medida estamos cerca o lejos de este «ideal» de persona emocionalmente inteligente y también para probar con nuevas estrategias para desarrollar este tipo de inteligencia.