Nueve de cada 10 hogares españoles consumen queso, concretamente en 2015 se consumieron la friolera de casi 350 millones de kilos de queso en nuestro país de acuerdo con los datos proporcionados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en el Informe del consumo de alimentación en España 2015. Dicho esto, todos sabemos que tan delicioso, oloroso y apasionante manjar es una de las primeras cosas que nos van a quitar de nuestro menú diario si queremos mantener el peso a raya o seguir una dieta baja en sodio, por poner un par de ejemplos. No os preocupéis quesohólicos, el queso se queda con nosotros… pero hay que saber escoger bien. Lo diseccionamos para saber qué parámetros importan para comprar el más adecuado a nuestras necesidades.
El queso es el producto que se obtiene por la maduración de la cuajada de la leche (ya sea de vaca, de oveja, cabra…) por lo que contiene de forma concentrada todos sus nutrientes: calcio, fósforo, zinc y vitaminas A, D, B12, B9, grasas y proteínas. Según su grado de maduración, tipo de leche utilizada, textura o corteza sus características nutricionales también cambian, queda claro por lo tanto, que no podemos esperar lo mismo de 100 gramos de roquefort, que de 100 gramos de manchego o de 100 gramos de burgos. De entre todos los nutrientes que aporta el queso quizás el más conocido es el calcio… pero ¿cuánto calcio exactamente nos aporta?