Si hay un elemento del vestuario masculino que muestra claramente el sentido de la elegancia que tiene un hombre, éste es sin duda el zapato. A través del calzado podemos dar el punto que le falta a nuestro look o, por el contrario, estropearlo por completo.
Puedes llevar puesto el mejor traje del mundo, pero si no lo combinas con los zapatos adecuados, vas a perder muchos puntos. Y no es cuestión tan sólo del modelo de calzado que elijas, sino también de cómo los llevas. Lucir unos zapatos limpios y bien cuidados es fundamental. Más bien obligatorio, en materia de estilo.
Hace décadas era muy habitual encontrar en la calle a los denominados limpiabotas, que se encargaban de sacar brillo a los zapatos de quienes se sentaran en su pequeño puesto. Una profesión que en general se ha ido perdiendo, aunque aún sigue latente en algunos países.
Ahora es tarea nuestra encargarnos de la limpieza de nuestro calzado. Tal y como hacemos con la ropa, que la lavamos y tratamos con los productos adecuados, lo mismo debe ocurrir con el calzado.