Ya hemos entrado en la época más interesante del año: el verano. Esos meses asociados al chiringuito, la canción del verano, las interminables siestas o ese amor fugaz… ¿Estamos seguros de qué reloj hemos de llevar? ¿Tenemos que dejar de lado el reloj que nos ha acompañado todo el invierno? Antes de tomar esta decisión hay unos elementos que tienes que tener en cuenta:
1) ¿Feo, fuerte y formal? Si nuestro día a día en las vacaciones estivales cambia, porque no nuestro reloj. Es recomendable dejar el mono de trabajo o la armadura del siglo XXI (el traje y corbata) y vestir más desenfadado y cómodo.
2) ¿We are the champions? Está claro que con el buen tiempo y la cantidad de horas de sol, nos animamos a practicar deportes al aire libre: tenis, futbol, ciclismo, senderismo… Los relojes de vestir sufren muchísimo en estos lances: holguras, ralladuras, dilatación de gomas… Yo personalmente no uso el reloj cuando practico cualquier deporte, pero si se diera el caso tenemos una larga gama hecha a exprofeso.